Soy Lucía, o Lu, como me llaman con cariño quienes me conocen.

Montañera -caminante de montañas-, especialmente las de Colombia; hija, hermana, amiga y mujer sensible que eligió la lógica como profesional de ingeniería, cuyo corazón siempre buscó respuestas más allá de lo lógico.

Nací en una familia tradicionalmente católica y humilde, al sur de Bogotá. Constantemente busqué acercarme a la espiritualidad; fue en 2020 donde Dios uso el silencio y la soledad en medio de la pandemia, cuando inicio un verdadero despertar de forma amorosa, que me ha llevado a comprender que: "Dios usa todo y a todos, para mostrarnos que no es necesario aferrarse al sufrimiento para conectar con Él; que en su amor y promesas siempre hay plenitud".

Los planes de Dios me llevan a recordar la esencia verdadera, la espiritualidad a través del conocimiento, así que me he formado y aún lo hago. Mi mente requiere esa forma, aunque de a poco también mi alma me recuerda que todo el conocimiento ya habita en mí, y cada momento me presta situaciones para continuar recordando todas las maneras de volver, volver a elegir. 

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Sin embargo, mientras continuo construyendo esa forma, aparecen diferentes diplomados, entre ellos en la Universidad del Rosario en descodificación emocional, manejo del duelo, análisis biológico emocional y otras herramientas terapéuticas que me ofrecieron el respaldo científico que mi mente necesitaba para integrar lo espiritual y lo emocional, ese punto donde la historia se empieza a bifurcar uniendo todos los conceptos, espiritualidad + ciencia + salud física y mental.